Este artículo retoma párrafos publicados en su newsletter The Red Hand Files (al que cualquier persona puede mandar preguntas y él escoge algunas y las responde a su tiempo en forma de carta).
Creemos que te pueden ayudar sus palabras y pronunciamientos sobre:
EL AMOR Y LOS CORAZONES ROTOS
La forma más segura de evitar un corazón roto es no amar a nada ni a nadie: ni a tu pareja, ni a tu hijo o hija, ni a tu madre o padre, ni a tus hermanos o hermanas; ni a tus amigos o prójimo; ni a tu perro o gato; ni a tu equipo de futbol, jardín, abuela o tu trabajo. En resumen, no ames al mundo y no ames nada en él. Ten cuidado con las cosas que te atraen al amor: la música, arte, literatura, cine, filosofía, naturaleza y religión.
Mantén tu corazón duro, cínico, invulnerable, impenetrable y evita los pequeños actos de bondad; no seas misericordioso, indulgente, generoso o caritativo: estos actos expanden el corazón y te hacen susceptible al amor porque, como canta tan clara y dolorosamente Neil Young: “Solo el amor puede romper tu corazón”. En fin, resistir al amor es una cosa peligrosa y camina seguro hacia tu devastación. Un corazón roto, ese dolor de amor, es siempre el verdadero destino del amor. Esta es la alianza de amor. Resistirse al amor y “vacunarse” contra el desamor es rechazar la vida misma, porque amar es tu principal función humana.
Es tu deber amar de cualquier manera que puedas y moverte audazmente hacia ese amor —profunda, peligrosa e imprudentemente— y restaurar el mundo con tu asombro. Este mundo tiene una necesidad urgente y clama por amor, por tu amor. No puede sobrevivir sin él.
EL RECHAZO AL CUERPO Y SENTIRSE VULNERABLES
Debo admitir que la constante autoevaluación de nuestro cuerpo no disminuye con la edad, pero sí se convierte en algo más manejable.
Cuando somos jóvenes nos sentimos vulnerables y la vulnerabilidad puede ser vergonzosa. Aquellos que no están conscientes de su propia fragilidad, que se presentan como “demasiado seguros”, sacrifican la esencia de lo que los hace humanos y hermosos.
La vulnerabilidad es aquello mismo que nos permite conectarnos con los demás y reconocer en los demás la incomodidad que ellos tienen consigo mismos. Es el motor de la compasión.
Es un súper poder y nos ayuda a entender la tragedia innata del mundo. También es importante cultivar el sentido del humor para aligerar el trago.
Ve las cosas a través de tu corazón vulnerable y fuerte. Sé misericordioso contigo. Sé amable contigo. Sé amable.
MORTALIDAD Y EL SENTIDO DE LA VIDA
Ante la pregunta de si quisiera vivir para siempre, bueno, la respuesta es no. No quiero porque el significado de la vida está anidado dentro de los términos establecidos de nuestra propia mortalidad. “Eterno” es a la vez incomprensible y completamente sin sentido. No creo que vivamos solamente porque sí; más bien vivimos nuestras vidas dentro de la poesía de nuestra propia desaparición, dentro de nuestro propio tiempo y nuestras propias limitaciones. Solo por esa razón lo hacemos de manera significativa: trabajamos, amamos, nos cuidamos y sufrimos juntos, sabiendo que un día moriremos.
¿Qué podemos hacer en este tiempo que se nos da, que se nos escapa entre los dedos? Ahí radica el significado de la vida: está en la expansión de nosotros mismos, en nuestra benevolencia, para ocupar completamente nuestro tiempo asignado.
EL DUELO
Cuando sufres un duelo (por la muerte de alguien querido o por una pérdida importante) sientes que no encuentras tu vida. Esa vida que tenías ya no existe. Ahora tienes una nueva vida.
Pensamos que controlamos el dolor (y el duelo), pero ambos están fuera de nuestro control; es una fuerza omnipotente e invencible, somos minúsculos ante su presencia y, cuando se presenta, lo único que podemos hacer es hincarnos ante él y esperar a que pase.
El duelo no es algo que puedas navegar tranquilamente. Para mí, que perdí a un hijo adolescente hace siete años, el duelo es una manera de vivir. Mi esposa y yo aprendimos a ceder ante la incertidumbre del mundo, mientras mantenemos una postura de desafío a su indiferencia.
Es un acto de sumisión y de resistencia, un lugar de vulnerabilidad aguda donde, con el tiempo, desarrollamos una mayor sensación de la fragilidad de la existencia. Así descubrimos que el duelo contiene mucho más que desesperación: felicidad, empatía, tristeza, ira, alegría, perdón, gratitud, temor, incluso paz. El duelo se convirtió en una actitud, un sistema de creencia, un habitar consciente de nosotros mismos vulnerables, protegidos y enriquecidos por la ausencia de aquel que amamos y que perdimos.
El duelo es una totalidad. Es lavar los platos, ver una serie en Netflix, leer un libro, tener un Zoom con amigos. Nos reveló que no teníamos control sobre los acontecimientos y, al confrontar nuestra impotencia, llegamos a ver esta impotencia como una especie de libertad espiritual.
Pero, como sabes, el duelo es como una marea. Con el tiempo, se aleja y nos deja con nuestra paz y nuestro progreso. Va y viene, pero con cada ola de desesperación que se retira, nos deja un poco más fuertes, más resilientes y mejores en nuestra nueva vida.
Cerramos este artículo on el mantra de su canción Balcony Man.
“AND THIS MUCH I KNOW TO BE TRUE.
YEAH, THIS MUCH I KNOW TO BE TRUE:
THIS MORNING IS AMAZING AND SO ARE YOU”.
Nunca subestimes el poder en ti. Nunca olvides la fuerza que tienes.